lunes, 2 de noviembre de 2009

La rebelión de los Cachis

La calle está dormida. Sobrevuelan manifiestos. La ciudad será tomada por los Cachis. Hordas de limpiavidrios se amontonan en torno a la plaza. Con sus secadores en mano dejan los semáforos y ocupan posiciones. Miles de crotos se suman a la osadía. Se han organizado en forma silenciosa, pero efectiva. Muchos han puesto en riesgo sus colchones y sus escasos harapos, abandonándolos bajo los puentes. Pero recuperarán el Sol porque lo adoran. Ya no creen en Dios. Ahora sólo adoran al Sol, porque jamás los ha dejado. Llegan Cachivaches desde todos los barrios. A base de alcohol y de drogas baratas excitan su odio, y con martillos de piedra derribarán paredes, edificios inmensos y carteles de publicidad de consumo.

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