viernes, 30 de octubre de 2009

¿Dónde está Luciano Arruga?


A seis meses de su desaparición, se realizó un festival en reclamo de justicia. Los medios permanecen en silencio.


En la madrugada del sábado 31 de enero de éste año, Luciano Arruga, un chico de 16 años, fue secuestrado por la policía de Lomas del Mirador a pocas cuadras de su domicilio. “Luciano iba a la casa de un amigo, iba a salir como cualquier chico un viernes a la noche y, por lo que dicen testigos del barrio, vieron que lo subieron a un patrullero del destacamento de Lomas del Mirador y lo llevaron detenido. Otros testigos afirman que lo vieron dentro del destacamento y que lo golpearon demasiado. Desde esa noche no supimos nunca más nada”, dice Marcelo Fernández, tío del joven. Por eso, a más de 6 meses de su desaparición, estudiantes de la escuela Normal 1, junto con compañeros del colegio Joaquín V. González organizaron un festival que se llevó a cabo el pasado viernes 14 de agosto en Plaza Houssay, frente a la Facultad de Medicina de la Capital Federal, bajo las consignas: “Aparición con vida de Luciano Arruga. Juicio y castigo a los responsables. Cierre del destacamento de Lomas del Mirador. No a la baja de edad de imputabilidad. Basta de criminalizar la pobreza. Basta de reprimir la protesta social.”
El festival comenzó cerca de las 20 horas y contó con la presencia de grupos de rock alineados bajo la agrupación Red de Bandas Obreras, la cantante de reggae Alika, militantes del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), del Socialismo Libertario, anarquistas y familiares y amigos de Luciano.
Durante el encuentro, hablaron Mónica Alegre y Vanesa Orieta, madre y hermana de Luciano respectivamente, quienes para la semana pasada esperaban reunirse con el gobernador Scioli, quien finalmente faltó a la cita: “Dijo que iba a darnos una entrevista, pero 48 horas antes nos llamó su secretario y dijo que, por falta de agenda, no iba a poder asistir a la reunión”, exclamó Alegre. Sin embargo pudieron encontrarse con autoridades gubernamentales, aunque esperan la respuesta de Scioli: “En la reunión que se tuvo el miércoles pasado con el ministro de Seguridad Stornelli (Carlos) y el ministro de Justicia Casal (Ricardo) se les solicitó que al gobernador se le pidiera una nueva audiencia, pero hasta el momento no nos ha enviado ningún comunicado. Esperemos que en algún momento nos atienda”
A pesar de haber pasado ya 6 meses de su desaparición, el caso no ha tenido la repercusión mediática que la familia espera. Según la madre del joven: “Los medios están un poco reacios al tema Luciano. A nadie le importa el futuro de un chico que vive en una villa, es un chico pobre, no es de plata, no tiene apellido. No genera rating, y aparte va contra lo que se está pidiendo ahora: más seguridad, y la baja de edad en la ley de imputabilidad”.
Las sospechas acerca de la responsabilidad de la policía bonaerense en el caso se deben a anteriores detenciones y amenazas que recibió el chico a partir de una situación que, según la familia, complica al personal de seguridad: “Esto pasó porque a Luciano lo perseguían constantemente. La policía le había ofrecido trabajar para ellos, salir a robar para ellos. Él se había negado, y cada vez que lo encontraban en la calle lo levantaban”, denuncia Fernández.
La fiscal a cargo de la causa ordenó procedimientos con perros y se comprobó que Luciano estuvo en el destacamento, dentro de uno de los patrulleros y en un descampado de la zona. De ésta manera pudieron determinar quiénes eran los implicados y por eso 8 policías fueron separados de la fuerza, pero no están imputados.
En un principio, la causa estuvo en manos de la fiscal Roxana Castelli, quien, según la familia de Arruga “nunca siguió la línea de investigación policial, sino que siguió otra línea basada en los datos falsos que había metido la misma policía”. Sucede que cuando la madre de Luciano se acercó a la comisaría para denunciar su desaparición, no retiró la copia. Eso permitió que se cambiara su declaración y se desviara la causa. Su hermana Vanesa fue quien se encontró con la sorpresa: “Yo voy más tarde a buscar la copia firmada por mi mamá. Me la llevo totalmente tranquila pensando que no había ni más ni menos que su declaración. Cuando la leo, en la parte de atrás decía que Luciano era adicto a la marihuana. Le pregunté a mi mamá si había declarado eso y me dijo que no. Es un dato más.” Ahora, la familia logró un cambio de fiscalía, a cargo de Cecilia Cejas y se designó un grupo especial de investigadores que nada tiene que ver con la policía local.
“La causa ha avanzado mucho. Desafortunadamente se desprenden datos lamentables para nosotros porque confirman más la hipótesis que venimos llevando, esto de la policía involucrada en el secuestro, la tortura y la desaparición de Luciano. Lamentablemente ya no quedan posibilidades de pensar en otra cosa”, declaró Vanesa, casi resignada.

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